martes, 23 de diciembre de 2008

Italia en Cienfuegos es...



…un piccolo porto , una porta aperta ai sogni

(Umberto Saba)

Porque cada separación significa un encuentro en otra parte, Italia se reencuentra en algún sitio de la geografía cienfueguera entre motivos y señales.

Pero sumergirse en la búsqueda de la huella italiana en esta ciudad del centro sur de Cuba, no deja de ser un intento arriesgado, cuando se intuye que en su cosmopolitismo de influencia europea, Cienfuegos incorporó ingredientes diversos a su palpitar político, económico y social, al brotar como villa en 1819.

Aun cuando se asientan bien profundas las improntas hispánica y francesa en esta región junto a otras del viejo continente, la traza italiana ocupa su espacio en expresión discreta, pero perceptible con el encanto propio de las cosas por descubrir o el disfrute de saberlas conocidas, familiares, tangibles, entrañables.

Italia en Cienfuegos es esa fuerza con que irrumpe casi mítica la escultura del más diverso formato, al punto de que la creencia popular atribuya paternidad italiana a piezas de factura desconocida que ocultan en su belleza al verdadero y anónimo escultor.

Para poner en su sitio imaginación y fantasías bastaría la existencia misma de obras con la dedicada a la figura de Don Tomás Terry, instalada en el teatro cienfueguero del mismo nombre y esculpida en 1889 por el napolitano Solari, de quien se afirma fue capaz de concebirla en tamaño natural y a partir de un retrato del acaudalado comerciante.

Con la particularidad de ser una pieza notoria dentro de la producción del artista, algunos aseguran que en cierta oportunidad el gobierno italiano trató de adquirirla, dada la escasez de esculturas de ese tipo dejadas por Solari al morir.

La influencia de la península itálica en la estructura del coliseo sureño, se extiende a otros rincones de su arquitectura como la parte superior de la fachada que rematan tres máscaras de cerámica elaborados por artesanos de la casa Salvatti, de Venecia en representación de la Comedia, La Tragedia y la Música, o su propia tipología, característica de la planta italiana formada en herradura y cerrada al fondo por el escenario. En 1906 un escultor genovés de apellido Nicolini legó a los cienfuegueros el conjunto escultórico inspirado en José Martí, que hoy se encuentra en el parque que lleva el nombre del Maestro.

Todo engarza sin mayores contradicciones cuando se conoce que la manifestación de la escultura monumentaria de procedencia italiana en Cienfuegos estuvo sustentada por los vínculos entre los puertos de esta ciudad y Génova, desde donde embarcaban los pedidos de esculturas y trabajos en mármol, por la proximidad con Carrara. Pero también concurrieron a la sureña ciudad desde La Habana, mediante canteros y marmolistas italianos asentados en la capital cubana.

Los cementerios de Reina y Tomás Acea, atesoran vestigios capaces de saciar curiosidades, desatar misterios o arriesgar razones.

Italia en Cienfuegos es el espíritu del neoclásico de una población joven y próspera deseosa de revivir los códigos formales de la arquitectura romana que conforman la imagen misma de la ciudad en equilibrio con otras tendencias

Es un ingrediente de relevancia dentro de su personalidad, al que se añade el estilo de asentamiento inspirado en el campamento romano, que se iniciaba a partir de un área pública desde la cual eran trazados caminos octogonales.

Es la existencia de quintas, la profusión de cúpulas, de cubiertas abovedadas, de columnas toscanas, o el Arco de Triunfo de los Trabajadores erigido en el parque Martí, posiblemente el único de su tipo en Cuba.

Es la riqueza de los mármoles de Carrara en edificaciones como el antiguo Liceo de Cienfuegos, el otrora Ayuntamiento Municipal de orden toscano, el palacio de Valle, donde se entremezclan influencias del gótico, el bizantino y el barroco con elementos italianizantes combinados con el estilo mudéjar en fiesta ecléctica y abrumadora, en cuya arquitectura quedaron alabastros italianos y cerámicas venecianas.

Italia en Cienfuegos está en una reducida inmigración, que entre las nostalgias y las lejanías legó personalidades para la historia.

La huella italiana está en las figuras de Félix Montarsini, profesor de danzas e idiomas establecido en la localidad en 1849, en la de Miguel Capriles Torreta, el genovés que diera origen a ese apellido en Cienfuegos o el ingeniero y agrónomo Alfredo Fontana, romano de nacimiento y encargado de la dirección y los trabajos constructivos de la carretera hacia Cumanayagua, el Acueducto y alcantarillado de la ciudad, casas y establecimientos comerciales, y por demás destacado en el campo de la experimentación agrícola.

A la agudeza y laboriosidad de ingeniero Alfredo Colli debe esta urbe edificaciones y obras devenidas paradigmáticas dentro de la arquitectura y el urbanismo sureños como el palacio de Valle, el Liceo, el palacio Municipal y el Paseo del Prado, considerado como el más largo entre los de su tipo en el país.

Con toda la intencionalidad que pudiera concebirse me detengo en el boloñés Ambrosio Gasdiani, nacido en 1821, sugestiva y escurridiza figura de la historia de su país y de la nuestra, aun cuando los matices de su historicidad sean diferentes en una y otra nación.

En Boloña fue estudiante de Odontología, seguro patriota y revolucionario que demandó la unidad italiana ante los preceptos papales y el poder político de la Iglesia, sin dudas, la causa principal para emprender un exilio a partir de 1846 que lo separó de esposa y familia y le obligó a recorrer desde su salida por el puerto de Génova ciudades como Nueva York, La Habana y finalmente Cienfuegos, donde permaneció durante los últimos años de la década del 40 del siglo XIX.

Aquí terminó sus días en misteriosa y aún no descifrada “muerte violenta”, según reza en los archivos de la Iglesia Catedral de Cienfuegos, que guardan el acta de su defunción, ocurrida justamente en la Navidad de 1850.

Ambrosio Gasdiani fue en Cienfuegos el músico que brilló por su desempeño y talento, admirado por historiadores y cronistas de la época. Aquí fue director de la Orquesta del Liceo Artístico y Literario, compositor de obras como la Misa de Réquiem interpretada en la Iglesia Catedral en diciembre de 1848, cuando se celebraron las exequias del fundador Don Luis De Clouet o la que animó el propio año los festejos de la Virgen de la Purísima concepción, en honor a la patrona de la ciudad.

La investigación de esta personalidad de la historia ha sido un desafío para quienes intentan adentrarse en sus secretos.

Libros como la Historia de la Nación Cubana o la Memoria Histórica de Cienfuegos y su Jurisdicción, de Pablo Rousseau y Pablo Díaz de Villegas recogen su desempeño como músico..

Pertinaz perseguidor de nombres y hechos del acontecer local, el historiador Florentino Morales retoma esta figura con el ánimo de profundizar en su conocimiento.

Muchos años después, quien aquí les comenta, se involucra en esta búsqueda atrapada por el misterio y la curiosidad genealógica. Lenta y espaciadamente comenzaron a asomar algunos vestigios, hasta hallar más de una decena de cartas familiares, no traducidas en su totalidad, que enriquecieron las pesquisas. No obstante, resultó infructuoso el intento de rescatar partituras u otros documentos.

Pero aún ronda la incertidumbre. De alguna manera la urgencia de las búsquedas convocó sentimientos y emociones para apurar esta historia hasta el final sin lograrlo aún, pero con la fascinación propia de lo desconocido, sintiéndome observadora y observada entre el pasado y el presente, viviendo fragmentos de complicidad común.

Después de 158 años de ausencia entre los vivos, Ambrosio Gasdiani se resiste al anonimato con suspicacia lúdicra, poniendo aprueba inteligencias y perseverancias cuando las evidencias se tornan esquivas o emergen con fuerza de la veracidad, convencido de que sobrevivirá en algún recuerdo, confiado en su propia trascendencia.

A veces se desliza y se pierde para hacer más intenso el reencuentro, juntando palabras y recuerdos incompartidos, tratando de encontrar la salida de este laberíntico recuento.

Otras veces me acompaña, en su ausente presencia y se me antoja juguetón desde su ventajosa invisibilidad y me sorprendo hablándome y hablándole en un monólogo, que no lo es tanto.

Pero cada quien tiene que vivir su propia resistencia y probar su perseverancia y todavía dudaba si comentar entre estas consideraciones, que una parte de Ambrosio Gasdiani, tanto genética como espiritual, está mezclada conmigo cuatro generaciones después.

Sin recurrir al asombro, y divagaciones aparte, Italia en Cienfuegos es mucho más que todo eso, es lo que late entre la semejanza y lo irreconocible aún por develar, es desentrañar misterios para atrapar similitudes en espacios diferentes, es sorprender imágenes que convergen disputando olvidos a tiempos y distancias, es la esperanza abierta a la certeza de lo perdurable.


1 comentario:

  1. Hola Enma Sofia, soy Margarita Banbanaste y me dio mucha alegria encontrar tu blog, lo encuentro muy interesante. Los recuerdo a todos ustedes con mucho cariño.
    A proposito de este ultimo escrito sobre la huella de Italia tengo una foto de lo que pudiera ser el original de donde copiaron la estatua de nuestra famosa Bella Durmiente.
    Se encuentra en el Cimiteri de Staglieno, en Genova, Italia y si estas interesada te la puedo enviar.
    mi correo es: mbanbanaste@usagamma.com
    un abrazo y muchos exitos.

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